El inesperado ataque terrorista transfronterizo perpetrado el pasado 7 de octubre por el grupo islamista radical palestino Hamás, junto a la Yihad Islámica Palestina, contra objetivos civiles y militares israelíes, ha conllevado una cruel respuesta bélica por parte del Gobierno de Israel, contra la población civil palestina de los territorios ocupados de Gaza que, por su desproporción e inhumanidad, nos obliga a manifestar nuestra total y absoluta repulsa hacia ambas acciones.
La violencia indiscriminada llevada a cabo contra cualquier población civil, ya sea israelí o palestina, no encuentra ni puede encontrar justificación alguna.
No cabe duda que las acciones perpetradas por Hamás y otros grupos contra la población civil han de ser consideradas como crímenes de guerra, al ejecutar a civiles indefensos y tomar como rehenes a un grupo considerable de estos, pues cualquier ataque armado es execrable y nunca puede albergar amparo si tiene como objetivos a ciudadanos inocentes.
Pero con igual contundencia, o más si cabe, hemos de condenar y condenamos los ataques y bombardeos que se están llevando a cabo por parte del ejército israelí, de manera indiscriminada y absolutamente desproporcionada, contra infraestructuras y población civil en los territorios de Gaza; una población que ha visto ocupados sus territorios, bajo el silencio de la comunidad internacional, que impasible permite como el racismo y el odio transforman a Gaza en una cárcel a cielo abierto.
La población civil gazatí no puede ser condenada a pagar las consecuencias de las acciones de grupos radicales ni puede ser sometida al bloqueo ilegal ni al corte de los suministros esenciales a los que se les sanciona por parte del Gobierno de Israel. El castigo colectivo es un crimen de guerra, cuando no una derivada de genocidio inaceptable. Hamás cometió crímenes de guerra contra civiles israelíes, pero eso no le concede a Israel la justificación para cometer crímenes de guerra aún más terribles contra la indefensa población palestina.
Desde la Asociación Internacional Humanismo Solidario condenamos, con igual contundencia, las execrables acciones violentas de Hamás, así como las acciones que están derivando en un genocidio y crímenes de guerra por parte de las autoridades israelíes contra el pueblo palestino.
Pedimos, tanto a las autoridades israelíes como a los grupos palestinos (Hamás y Yihad Islámica Palestina), el abandono inmediato de la incontrolable espiral de violencia que han creado, de la que están siendo especialmente víctimas ancianos y niños.
Pedimos a Israel el cese inmediato de los ataques indiscriminados y los bombardeos, el levantamiento del bloqueo ilegal y del asedio impuesto sobre Gaza, restableciendo el suministro de electricidad y agua, y garantizando el acceso de la necesaria ayuda humanitaria, así como que abandone la idea del desplazamiento forzoso de la población palestina.
Demandamos a Hamás y a otros grupos armados el cese de sus ataques contra la población civil israelí y la liberación de todos los rehenes. A ambos solicitamos que sus posibles acciones se rijan estrictamente por el derecho humanitario internacional y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la que en breve se cumplirán 75 años de su proclamación.
Este manifiesto no pretende analizar las causas históricas ni las coyunturas políticas que han exacerbado este conflicto, pero sí queremos exigir que todos aquellos agentes internacionales y gobiernos, que tienen posibilidad de intervenir para detener la guerra, lo hagan de inmediato: Estados Unidos, Comunidad Europea, Gran Bretaña, Irán, países árabes, etc.
Y, finalmente, reivindicamos la implicación firme y decidida en el conflicto por parte de la comunidad de naciones, mediante la convocatoria de una conferencia internacional impulsada por el Consejo de Seguridad de la ONU que propicie una solución política de paz, materializada en un acuerdo vinculante que reconozca el derecho a coexistir de los dos Estados, palestino e israelí, de manera independiente, compartiendo un territorio que sea casa común de ambos pueblos.
Agradecemos profundamente su labor a todas las asociaciones humanitarias, a los periodistas y profesionales que están trabajando de forma comprometida y solidaria con el pueblo palestino, y que, en muchos casos, están siendo también víctimas inocentes del conflicto. Por último, como ha señalado el intelectual Sami Naïr, “es precisamente hoy, en medio del dolor, de los sufrimientos y del odio, que hay que apostar por la paz, sola alternativa a la muerte para todos”.