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INTRODUCCIÓN A HUMANISMO SOLIDARIO

FRANCISCO MORALES LOMAS

Cada vez somos más conscientes de que la humanidad avanzará hacia su progreso si palabras como ser humano y solidaridad se convierten en el centro de nuestra trayectoria vital.

La guerra de Ucrania, la última guerra de Europa, nos refuerza todavía más en esta idea y nos indica el camino a seguir en un mundo plagado de conflictos en el que cada vez es más compleja la existencia a pesar de la globalización.

Nos encontramos en una sociedad del desaliento en la que las pandemias han dejado de nuevo al ser humano ante una crisis económica, social y global, con ausencia de modelos vivenciales que trae, como estamos padeciendo, el auge de ideas totalitarias y de convulsiones políticas y sociales.

¡Cuánta necesidad existe de que la palabra sea el magma que una a la humanidad y permita el conocimiento del otro, el contagio de su voz y de su belleza!

Erasmo de Rotterdam, al que se consideró el príncipe del humanismo, y en palabras del escritor Stefan Zweig en su obra Erasmo de Rotterdam. Triunfo y tragedia del humanista, el primer pacifista combativo, el abogado más elocuente del ideal humanista, del ideal de los amigos del mundo y del espíritu… amó muchas cosas que nosotros amamos: la poesía, la filosofía, los libros y las obras de arte, las lenguas y los pueblos, sin hacer diferencia entre ellos; a la humanidad entera, cuya misión era ser cada vez más civilizada. Y una sola cosa odió por opuesta a la razón: el fanatismo. Precisamente el libro de Amelia Valcárcel, Ética para un mundo global. Una apuesta por el humanismo frente al fanatismo dice: “Lo que el fanatismo cree su superioridad consiste básicamente en falta de respeto a los derechos individuales, propios y ajenos, y confusión entre las reglas de higiene y las morales (…) Asistimos asombrados a la depauperación de una parte considerable de la humanidad, vemos imágenes de diversas y crueles guerras, sabemos de diversos tráficos de materias letales o simplemente peligrosas y también del mismo tráfico de seres humanos, conocemos la amenaza del desastre ecológico… y dejo abierta la enumeración para que sea completada con todos aquellos males que solo pueden atribuirse a causas humanas. Todo ello lo reconocemos y lo llamamos lacras”.

Pues bien, hoy las palabras solidaridad, alteridad y otredad están siendo sacrificadas en diversos lugares del mundo. Existe la construcción del imaginario de que un sujeto marginal representa “la amenaza” para el orden de nuestra vida moderna, y sirve a los estados actuales para desviar la atención de la preocupación de los ciudadanos hacia la restricción de los servicios ofrecidos por el Estado de Bienestar; y acaso se persigue la legitimación de un poder omnímodo que se erija  en “el salvador” policial ante los peligros y amenazas de nuestras modernas sociedades.

Vivimos instalados en la incertidumbre. Lo decía Bauman en su obra Vidas desperdiciadas, cuando hablaba de la sensación de vulnerabilidad e incertidumbre humanas como causas principales. Este miedo dirigido hacia el otro es un elemento sumamente útil para la legitimación de la debilitada autoridad de los actuales. Y para ello se han usado dos estrategias diferenciadas: la émica-fágica (separación del otro excluyéndolo y la asimilación del otro despojándolo de su identidad), y la invisibilización del otro para hacerlo desaparecer mentalmente.

Cuestiones como la globalización, el transhumanismo y su aureola del ser cibernético y las nuevas tecnologías, que harán acaso desaparecer al ser humano como conocemos, con los peligros del control del pensamiento, la poshumanidad y la conversión de las clases sociales en clases biológicas, el adiós a la verdad (como indicaba Batimo), el realismo especulativo o la fortaleza de los algoritmos van dando pasos definitivos hacia el ocaso quizá de la subjetividad humanista y la tensión sujeto-colectivo como la gran paradoja de la modernidad.

¿En un mundo gobernado por los algoritmos existirán sujetos autónomos o autómatas? ¿Estaríamos siendo objetos necesarios y no sujetos donde lo que prima es el intercambio mercantil? ¿Seremos sujetos solipsistas y aislados o sujetos que siguen los universales habermasianos de verdad, veracidad, rectitud e inteligibilidad? ¿El ser humano será reducido a una mera construcción ideológica o discursiva, creando sociedades post humanas, sin sujeto, creándose el realismo antihumanista?

Nosotros creemos en la epistemología de lo humano, en la configuración de un ser para el crecimiento y la verdad, para el reconocimiento del otro y la comprensión desde su verdad. De ahí que afirmemos con Maritain que el humanismo hace al ser humano más verdaderamente humano y le reafirma en la manifestación de su grandeza original, haciéndolo participar en todo cuanto puede enriquecerle en la naturaleza y en la historia, desarrollando a un tiempo las virtualidades en él contenidas, sus fuerzas creadoras y la vida de la razón, y trabaje para convertir las fuerzas del mundo físico en instrumentos de su libertad.

Este número de Ánfora Nova que lleva por título Humanismo Solidario. La ética de la esperanza, en el que han participado tan grandes personalidades que han profundizado desde diversas perspectivas en estas ideas, significa desde nuestro punto de vista una aportación esencial en los tiempos que corren para la cultura del diálogo y el encuentro en un marco donde la ética, la igualdad y la libertad nos permitan comprender nuestra razón de ser última.

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