Autor: Manuel Ángel Vázquez Medel
Compromiso de la Poesía con la Vida
Conferencia ofrecida el 17 de febrero de 2018, en Rociana del Condado (Huelva) con ocasión del encuentro “Poetas de Al-Andalus por la paz”, en presencia de poetas de Andalucía, Algarve y Marruecos.
Conferencia ofrecida el 17 de febrero de 2018, en Rociana del Condado (Huelva) con ocasión del encuentro “Poetas de Al-Andalus por la paz”, en presencia de poetas de Andalucía, Algarve y Marruecos.
Por Manuel Ángel Vázquez Medel, escritor y crítico literario, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Sevilla.
» Quiero que sean mis primeras palabras, en el marco de este encuentro «Poetas por la Paz» en Rociana del Condado, de gratitud.
“Gracias, te las doy siempre
¿a quién las doy?
A la Belleza inmensa se las doy”
decía nuestro Juan Ramón Jiménez en un poema de Animal de fondo, que más tarde se
transformaría en Dios deseado y deseante.
Gratitud, en primer lugar, a los organizadores, muy especialmente a Ramón Llanes,
quien me permite mantener un intenso vínculo con la tierra en que nací, Huelva. Hace
poco pude incorporar al volumen Huelva es verso, que él coordinó, un poema que tengo
en especial estima titulado “Desde la orilla inmensa de la vida” cuyo comienzo deseo
compartir:
Yo nací en un lugar donde las aguas cantan;
donde las aguas brillan y sobre el mar se vuelcan.
En un lugar de encuentro de dos ríos que abrazan
el océano inmenso de la vida y la muerte.
Allí nací.
Recorrí, en mi infancia, sus secretos caminos
hacia el mar, hacia el mar de la vida y la muerte,
desde una alegre orilla con olor a eucaliptos.
Gracias por contar conmigo para una iniciativa con la que me identifico plenamente, y
que refleja los valores fundamentales que rigen mi existencia: el amor por la palabra al
servicio de la vida, y muy especialmente de quienes más lo necesitan. La palabra como
fundamento de amor, de alteridad, de libertad, de igualdad y justicia social, de
fraternidad y solidaridad, en la alta aspiración hacia la verdad, la bondad y la belleza.
Tal es mi amor por una paz entendida, más allá de la ausencia de conflicto, como un
orden justo y humano sin violencia, que pusimos a nuestra segunda hija el nombre de
Irene, que como es bien sabido significa “Paz”, del mismo modo que mi primera hija
lleva el nombre de otro de los valores que Juana y yo deseamos presida nuestras vidas:
Leticia, “Alegría”.
De inmediato he de traer aquí (o, mejor, recordar, que es pasar a través del corazón,
cor) los nombres de dos buenos poetas y amigos a quienes dedicamos el encuentro:
Odón Betanzos y Juan Drago. La vida me ofreció el regalo de conocerles, tratarles y gozar
del don de la amistad. Ambos formaron parte del jurado del primer reconocimiento a
mi creación poética: el Premio Odón Betanzos de 1983, por mi poema “Memorial en la
palabra”, que me fue entregado aquí en Rociana en un acto presidido por su entonces
joven alcalde Antonio Ramírez Almanza. Treinta y cinco años después, a través de esta
reflexión, ofrezco mi profunda gratitud por todo lo que entonces significó para mí, y aun
ahora significa.
Tal vez ese poema, que se articula en dos momentos cuya inflexión es una cita de Espacio
de Juan Ramón, puede ilustrar mi personal afán de seguir siempre adelante, aunque la
vida nos aboque a un aparente callejón sin salida.
“Poetas de Al-Ándalus por la paz”… También quiero recordar ahora que a comienzos de
los noventa, cuando soplaban vientos de guerra en el Golfo, preparé una antología de
Poemas para la Paz, de la que quiero recordar este tan entrañable de Blas de Otero,
ejemplo de poesía de calidad comprometida con la vida…»